Diego Schissi creó una categoría propia para definir su modo tanguero. “Tongos” es el término que, un tanto irónicamente, acuñó el pianista y compositor para definir a esos “tangos improbables” que, junto a su quinteto, reconfiguraron el estilo de una música que siempre se debatió entre el clasicismo y los empujes de la innovación.

Hijo del recordado escritor y guionista Oscar Viale, Diego reconoce la influencia que su padre tuvo al momento de definir su devenir artístico. “Mi viejo era escritor y era como un músico frustrado, decía él. Y que yo fuera músico lo ponía contento. Siempre me insistió, me estimuló y me apoyó mucho con eso”.

Fue precisamente durante el viaje que su padre emprendió a Estados Unidos -con un joven Schissi de 20 años- en donde el pianista, mientras estudiaba jazz y tocaba junto al “Puma” Rodríguez, decidió profundizar su trama con el tango, inaugurada en la adolescencia con las grandes orquestas y cantores: “Estando allá –Miami- me empecé a copar con el tango. Me decía ‘no tiene sentido estudiar jazz estando esta música’”.

A su regreso, Diego no soltó la rienda del jazz pero empezó a construirse un lugar en el “árbol del tango”. Luego de su paso por el mítico Quinteto Urbano decidió emprender un vínculo más estrecho con la música porteña y perfilarse con los primeros guiños tangueros, gestos que se escuchan ya en su disco Tren y que luego se consolidarían en producciones como Tongos junto a su quinteto.

“Cada vez más, estoy confiando en el instinto antes que en la planificación. Antes era un poco más cerebral. Para componer ahora siempre empiezo improvisando. Las ideas madre salen de situaciones medio inconscientes. Confío más en eso, me termina gustando más y siento que la música funciona mejor a nivel emocional”, contó Diego Schissi en la entrevista que mantuvo con Fractura Expuesta Radio Tango y en la que adelantó temas de lo que será su nuevo disco titulado Timba.

Diego Schissi

Acerca de la improvisación y la planificación a la hora de componer.