Tras distintas reuniones con diferentes bloques de legisladores porteños, protestas en la vía pública, conciertos callejeros y asambleas, músicos y organizaciones que rechazan el proyecto de ley de reforma del actual Código Contravencional -promovido por el oficialismo- dieron a conocer ahora una carta pública ante el inminente tratamiento del texto.

Con la modificatoria del código, podría haber multas y hasta detenciones por ruidos molestos en la vía pública. Es por eso que los músicos ven peligrar una de sus fuentes de trabajo que es el arte callejero, instancia que muchas agrupaciones de tango implementan o implementaron para mantener sus proyectos.

Frente a la grave situación que implicaría la aprobación del proyecto, miles de artistas, grupos, centros culturales y distintas organizaciones como el Frente de Artistas Ambulantes Organizados (FAAO), Músicos Organizados, el Sindicato Argentino de Músicos (Sadem) o la Unión de Músicos Independientes (UMI), entre otros, expresaron desde sus espacios el rechazo a la modificatoria y reclamaron a los legisladores el compromiso con la defensa de la actividad artística.

La palabra de los artistas

La carta, difundida recientemente, que cuenta con el apoyo de artistas como Víctor Heredia,
Marián Farías Gómez, Juan Falú o Liliana Herrero, analiza la difícil situación a la que estarían expuestos los músicos por realizar su actividad.

“El proyecto eleva las sanciones por ruidos molestos, habilita la denuncia anónima y le da a la policía la posibilidad de ‘coacción directa’ que le permite detener a los músicos y secuestrar sus instrumentos”, explica el documento que ya reunió más de 25 mil firmas.

El texto completo de la carta sostiene:

El día 5 de junio pasado, el Jefe de Gobierno, Horacio Enrique Larreta, envió a la Legislatura, un proyecto de Ley de modificación del Código Contravencional vigente.

A través del mismo se pretende criminalizar la práctica artística de los diferentes artistas callejeros (músicos y bailarines entre otros), endureciendo las penas ya existentes bajo el eufemismo de “ruidos molestos”.

De aprobarse este proyecto, se verá perjudicada la actividad musical en todos los ámbitos: la calle, las plazas, el subte, los pubs, teatros, centros culturales, escuelas de música y hasta las propias casas de los músicos cuando estudian.

El proyecto eleva las sanciones por ruidos molestos, habilita la denuncia anónima y le da a la policía la posibilidad de «coacción directa” que le permite detener a los músicos y secuestrar sus instrumentos.

Consideramos esta situación de enorme peligro y gravedad para el ejercicio de la profesión.

La música en los espacios públicos se hace desde el comienzo mismo de la humanidad. El hombre primitivo ejecutaba música en los rituales de caza o de guerra y en las fiestas donde, alrededor del fuego que compartía con su comunidad, se danzaba hasta el agotamiento. La música y todas las expresiones artísticas, son producciones esenciales de la cultura de un pueblo, en tal sentido como todas las prácticas sociales ocupan el ámbito público y reflejan valores, lugares, sentimientos, necesidades costumbres de cada época.

Criminalizar un comportamiento cultural de miles de años, que está tan instalado en nuestro ADN, es como querer tapar el sol con las manos.

El trabajo artístico o la fiesta de la cultura que cada músico nos regala en la calle, el colectivo, el tren o el subte están escritos en nuestra historia, son parte de nuestra razón de ser, y ninguna ley podrá borrarlas. Sobrevivirá a cualquier norma. La lucha no es por la supervivencia de la música en la calle, la lucha es por la libertad de los compañeros para trabajar y expresarse en esta coyuntura.

El alto nivel profesional de los artistas callejeros se constata simplemente por el hecho de que cobran luego de mostrar su arte, no antes, como sucede en los espectáculos teatrales y salas de conciertos.

El protagonismo que tomó la masiva movilización de artistas en los últimos días, reclamando por la libertad de expresión y trabajo, configuran una demanda social que no puede ser desoída por los legisladores.

Legisladoras y legisladores de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires: necesitamos de vuestro compromiso con la cultura.

Será la oportunidad para que en la Argentina se consagren los mismos derechos para las y los músicos que existen en otros países del mundo, los cuales son ejemplo en materia de política cultural para muchos de ustedes.

Les pedimos que con su voto honren el reclamo de innumerable cantidad de artistas y habitantes de nuestra Ciudad; que con su voto honren la representatividad que los inviste.

Proponemos la incorporación del siguiente texto en el Código Contravencional: “No constituye contravención el estudio, ensayo o práctica de música fuera de los horarios de descanso en ámbitos privados, ni los espectáculos de música, conciertos o recitales que se realicen en el espacio público”.

¡La Música Es Trabajo No Es Delito!