La Orquesta Nacional de Música Argentina «Juan de Dios Filiberto» (ONMA), una experiencia histórica fundada en 1932 y oficializada en 1948, recorrerá hoy a modo de celebración la obra de Horacio Salgán para conmemorar sus 100 años.

A pedido de Luis Gorelik, director de la ONMA, el arreglador y pianista Carlos Franzetti trabajó sobre una selección de composiciones del maestro tanguero que se escucharán en la Sala Sinfónica del CCK (Sarmiento 151) desde las 20.

Serán nueve obras de Salgán, entre las que se encuentran “A fuego lento, “A Don Agustín Bardi”, “Grillito” o “Aquellos tangos camperos”, que interpretará la orquesta con los arreglos inéditos y en una función que contará también con el “Concierto para piano y orquesta” de Juan José Castro a cargo de la pianista invitada Elena Dabul.

Fractura Expuesta conversó con Gorelik acerca del estreno de las adaptaciones de Salgán y también sobre la realidad y algunos debates de uno de los organismos estables de música más antiguos del país.

La obra de Salgán tiene un marcado estilo ¿qué considera como atributos y aportes particulares de los arreglos realizados por Carlos Franzetti?

La mirada de Franzetti sobre la música de Salgán es compleja y rica, ya que aporta un bagaje tímbrico especial, mezcla de sinfonismo, tango y jazz. Creo que se ha respetado el espíritu de los temas de Salgán en cuanto a la complejidad armónica y contrapuntística pero los arreglos funcionan, en este caso, como un prisma a través del cual esta complejidad gana riqueza tímbrica sin perder la agilidad propia del género.

Luis Gorelik, director de la ONMA.

Luis Gorelik, director de la ONMA.

Tras asumir el cargo de director luego de Atilio Stampone ¿cuáles cree que son sus desafíos y qué propuesta artística para la orquesta de música argentina es la que busca desarrollar? ¿Qué mirada tiene el organismo respecto a la difusión de las nuevas obras contemporáneas de tango?

El desafío es enorme ya que, en primer lugar, debemos repensar todo lo que tiene que ver con la música argentina y reformular el valor simbólico que se le adjudica a tal o cual género dentro del imaginario nacional. Por tal motivo, mi postura estética está basada en un diálogo permanente que exprese la gran diversidad existente desde siempre en nuestra cultura en general y en nuestra música en particular. Parte de este diálogo tiene que ver con la mirada de nuevos creadores, tanto del tango como de diferentes géneros.

En los últimos meses se ha debatido en un sector de la escena cultural la gratuidad de los conciertos de algunos organismos estables del Estado ¿cuál es su opinión al respecto?

Creo que lo primero que habría que medir es el impacto que la programación consigue en cuanto al objetivo de generar nuevos públicos. Esa medición es compleja, ya que para ello hay que determinar un criterio, que no necesariamente es la cantidad de gente que asiste a un concierto. La gratuidad me gusta, pero no de cualquier forma, sino como parte de un proyecto coherente que genere un impacto, una influencia en determinado grupo de público. Ese proceso de inserción del hecho musical en el público es el que me interesa y todos los recursos disponibles para ello son siempre bienvenidos.