Tal vez nombres como Unto Monomen o Toivo Kärki no resuenen por estas latitudes. Pero si uno pisa suelo finlandés y piensa en tango no podrá omitir la senda de esos compositores que fueron notables impulsores del género en esas tierras. Sí, el tango en Finlandia no es solo una rareza. Es una música con cuerpo y alma que se baila, se canta y se toca.

Con ese legado, el finlandés Petri Kaivanto y el argentino Alejandro Polemann se reunieron hace casi diez años para hacer realidad el proyecto Aires de Finlandia Vol. 1, un disco en el que se cruzaban los tangos finlandeses con la estirpe rioplatense.

Ahora, ese encuentro tiene una segunda parte con la salida de Aires de Finlandia Vol. 2, la nueva entrega de este lazo extenso entre la música del Río de la Plata y la variante finlandesa. Un material que incluye nuevos tangos finlandeses y argentinos, tanto tradicionales como de composición propia, recreados en los dos idiomas. A eso, se suman las participaciones de artistas como Javier Calamaro, Franco Luciani y el grupo Flor de Enchastre.

Con un pie en cada orilla, Kaivanto y Polemann presentarán el material este miércoles a las 20.30 con un concierto en la Sala Pugliese del Centro Cultural de la Cooperación (Av. Corrientes 1543).

¿Qué puntos de encuentro reconocieron entre ambas orillas tangueras pero también cuáles fueron las distancias que detectaron?

Alejandro Polemann: En un primer momento, para un oído argentino, el tango finlandés suena incorrecto, demasiado marcial, rígido. Pero si uno puede superar esa primera impresión empieza a descubrir los puntos en común con nuestros tangos. Algunas marcaciones de habanera más parecidas al tango de la guardia vieja, la relación independiente entre el acompañamiento regular y el canto libre, propio del tango canción de la guardia nueva y algunas armonizaciones más parecidas al jazz, comparables con algunos tangos de nuestra tercera guardia, la de Piazzolla, Rovira, Salgán. Luego, el baile de pareja enlazada, aunque más sencillo a nivel popular, es una característica común.

Petri Kaivanto: El término tango no es solo un nombre sino que tiene una connotación que mezcla sensualidad, amor y nostalgia. Y todo esto está presente en el tango finlandés. Si bien el tango finlandés, y europeo en general, empezó a desarrollarse más con la Segunda Guerra, cuando en la Argentina ya era un género de varias décadas, la sonoridad de sus antecedentes de los años ‘30 es muy similar a la del tango de esa época en el Río de la Plata. Las diferencias son varias pero el punto principal de encuentro será el tema de las nostalgias y amores perdidos en las letras. Por otra parte, el tango en Finlandia no es música urbana y el estilo de letras para toda la música de milongas es más bien conservador y poético, sin cambios importantes por muchas décadas.

«Quedan todavía muchos tangos finlandeses muy buenos para hacer nuevas versiones».

¿Por qué un segundo volumen? ¿Tiene la misma idea general que el primero?

Alejandro Polemann: Nos gustó mucho la sonoridad que conseguimos con el primer disco y quedan todavía muchos tangos finlandeses muy buenos para hacer nuevas versiones. Este material tiene seis clásicos finlandeses adaptados a distintas sonoridades rioplatenses y dos temas nuestros. También hicimos una versión de un tango de Javier Calamaro, dos de Gardel y uno de Piazzolla. Todos están grabados en los dos idiomas. Una vez más, hicimos discos gemelos. El que está en finés no está editado todavía. “Por una cabeza” y “Volver” merecían adaptaciones en finés más fieles a las letras originales y en “Balada para un loco” quisimos hacer un arreglo en el que el segundo verso no estuviera tapado por un solo de bandoneón, como en todas las otras grabaciones.

¿Cómo es la actualidad del tango en Finlandia?

Petri Kaivanto: Hay un hecho y es que, poco a poco, va desapareciendo la música nacional para bailar en pareja en restaurantes de milonga con músicas en vivo. En verano hay más lugares y festivales. También las generaciones más amantes del tango finlandés que vivieron su adolescencia en los años ‘50 y ‘60, ya están más grandes. Pero, al mismo tiempo, el tango argentino, como danza, gana más aficionados. El tango sigue teniendo su lugar en el ADN de los finlandeses.