Cada debut discográfico que trae aire fresco al tango es una celebración. Es el caso de Después de todo, el disco del pianista y compositor Juan Pablo de Lucca que, junto a su quinteto, dio a conocer un material que amplía las posibilidades sonora del tango.

De Lucca, nieto del cantor Alberto Castillo, compone su tango. Particular, dinámico, ajustado y, sobre todo, honesto con su mirada de artista creador. Aunque tributario de algunos elementos jazzísticos y rockeros, el pianista no elabora un acercamiento al tango a través de esos paisajes. Al contrario, primero el tango y luego aquellos sonidos que se filtran sin recelos, como sucede con cualquier músico que, además de crear, escucha los sonidos sin fronteras de la música.

Después de todo construye una manera de comprensión y expansión del tango. De Lucca confiesa que su disco se referencia en las innovaciones del Esbjörn Svensson Trío, “los responsables de hacerme pensar que la innovación en nuestra música inevitablemente implicará una revolución en la forma”, dice. Pero más allá del trío de jazz sueco, el quinteto se planta firme y con raíces en la vereda piazziolística y también en el horizonte que abrieron grupos actuales como Astillero, Altertango, las formaciones de TangoContempo o pianistas como Diego Schissi, Exequiel Mantega, Pablo Fraguela o Agustín Guerrero.

Portada del disco del quinteto dirigido por el pianista.

Portada del disco del quinteto dirigido por el pianista.

Son 7 temas instrumentales de autoría de Juan Pablo de Lucca y una versión de “La que murió en París” (Maciel-Blomberg) que arman una variada atmósfera musical impulsada por composiciones como “Después de todo” o “Infancia” con su aire nostálgico y luminoso, “Nuestras ilusiones” y su toque místico y oriental y la desafiante “Enero” que despliega interesantes intensidades rítmicas.

Al pianista lo acompañan en el disco Juan Pablo di Leone (flauta), Mauro Caracotche (batería), Santiago Cirmi (bandoneón), Manuel Villar (contrabajo), Maia Perduca (flauta), Luis Caruana (bandoneón) y los invitados Lucho Sellan (Guitarra), Emanuel Aguirrez (cello) y Gabriel Wolff (viola).

Con la estampa de la tradición tanguera pero, sobre todo, con el objetivo puesto en el crecimiento de esa música, Juan Pablo de Lucca brinda un debut discográfico sólido que reafirma lo que hoy es una evidencia ineludible, la tarea de los artistas que asumen el tango como un género vital.