El Cuarteto La Púa y la cantante Victoria Di Raimondo estrenan Mariposa Muerta, un disco que, más allá de la paradoja, revitaliza a las nuevas corrientes tangueras.

Las apariciones que padece un torturador, un amor entre muchachas, la cicatriz de siempre del Puente Pueyrredón, los amos y los esclavos (¿Con qué vara es que se miden los motivos y las culpas? / ¿Quién castiga a los verdugos de la estupidez brutal?) son las señas de una producción que sintetiza una actitud expandida en el tango contemporáneo, la de hacer circular la obra de quienes hoy ponen puño, letra y acordes al género. Lo hacen los músicos de La Púa y Di Raimondo y suman a ellos las obras de Cintia Trigo, «Limón» García y “Palo” Pandolfo.

«Hay unos cuantos tangos con contenido social», explica Pablo Sensottera, guitarrón de La Púa, a Fractura Expuesta. Junto a esa orientación, no faltan las otras profundidades -las luces y sombras de la existencia humana- que cierran el perfil de un disco asentado en la mejor cepa de la liga actual del tango.

«Los primeros discos consistían en buscar un sonido propio de la formación de guitarras», cuenta Sensottera sobre el recorrido del cuarteto que integran además Leandro Angeli, Juan Otero y Cristian Huillier, en guitarras. «Luego surgió la necesidad de hacer rodar al tango, aportar con composiciones y que el tango siga vivo. Es la forma que todo sea dinámico y vaya para adelante. Es una necesidad expresiva y también sociocultural, de aportar a la producción, como lo hacen tantos otros en el presente. Eso hace que todo sea mucho más atractivo», agrega el músico que es autor de “Puente Pueyrredón”.

«Uvas viejas», “Ocaso”, «Mañanita» (Ando buscando luz en la tristeza…), «La Pasión» (El amor no se sostiene, se clava…), «El aparecido» u «Otoño», son algunos de los temas de Mariposa Muerta que tendrá su presentación oficial este domingo en el CAFF (Sánchez de Bustamante 772).

El Cuarteto La Púa y Victoria Di Raimondo son signos de una época en la que el tango se propone estampar un repertorio perdurable. Porque no se trata de una tendencia que muere con el paso del tiempo, como podría ser una “movida”, sino de un movimiento que se aproxima cada vez más a consolidar los clásicos del futuro (cercano).