“Esta mañana en París, falleció mi amigo, maestro y compañero de causa Juan Carlos Cáceres”, anunció por las redes sociales el cantautor, murguista y juglar Ariel Prat. El músico padecía un cáncer terminal y estaba en su casa de Perigny, a 30 kilómetros de París, donde vivía desde hacía varias décadas.

Juan Carlos Cáceres cimentó una carrera original y poderosa que obtuvo su punto más alto cuando iluminó el hilo conductor que unía al tango con aquellos sones que la cultura afro esparció ocultada por la historia oficial y que excede al marco de lo estrictamente musical.

Al ritmo de su «tango negro», suman millones de milongueros en el mundo los que se volcaron a las pistas con ese sabor latente y que a través de su ronca voz, se conectaron sin saber con una parte negada de nuestra historia política y cultural.

En una entrevista publicada en Página/12, el periodista Julio Nudler lo describía como “explosivo por momentos, confidencial en otros, deslumbrante al arrancarle un tango bien canyengue a su piano, o cantando con su voz ronca sus irregulares historias de sudacas en España, sus balances existenciales, sus fracasos íntimos con alguna francesita y candombes mazorqueros, Cáceres trae extrañamente pura, incontaminada, la misma manera de hablar y decir que fue suya medio siglo atrás en estas calles”.

Sobre su visión del tango, Cáceres remataba: “No es ese estereotipo que se conoce como tango. Caracteriza al área musical rioplatense, pero su color impregna otros ritmos de la región. Hasta en ‘La moza donosa’ de Ginastera hay mucho de tango, aunque sea una pieza clásica y no tenga su ritmo. Como en el jazz, el tango tiene sus blue notes, esas notas que lo definen. ‘La cachila’, de Arolas, por ejemplo, empieza en la novena menor. Ésta y la sexta aumentada son las tangonotas, que crean una atmósfera que incluye tanto a la música eslava y judía como al candombe negro”.

Consultado por la hipótesis del origen negro del tango, Cáceres explicaba: “Es una teoría que no defiendo a toda costa. Sólo que para mí es evidente, desde una lógica musical, que en el origen del tango hubo tres aportes negros decisivos: el originario del Río de la Plata, que es el candombe; el procedente de Cuba, que es la contradanza europea convertida en habanera, y la milonga, oriunda del Brasil, traída por los soldados del ejército de Urquiza, y que con el tiempo llegaría a las orillas de Buenos Aires. Los tres elementos se refundirán en el tango. Luego éste recibirá otros aportes de la inmigración, hasta transformarse en el primer fruto musical de sincretismo. Buenos Aires era el último puerto del mundo: los artistas y los marinos llegaban a ella con toda la música recogida en los puertos del trayecto. Y la larga estadía de los barcos en cada puerto daba tiempo para el contacto y el intercambio con los habitantes”.

La semana pasada, Ariel Prat organizó un homenaje urgente en Radio Nacional. Participaron Juan Subirá, María Volonté, Omar Giammarco, Nicolás Choco Ciocchini, Los Viciososo de Almagro, Garufa de Constitución, Julián Peralta, entre otros. Compartimos aquí el reporte publicado por Ariel Prat ni bien concluyó el homenaje.

Por su parte, Prat habló además con Fractura Expuesta Radio Tango poco antes del homenaje a Cáceres.