Cucuza Castiello: “Tener tradición y raíz no implica no tener riesgo”

Una charla con el cantor que está celebrando 50 años con el tango. Una conversación en torno al paso del tiempo, el oficio y su estilo de cantor, el lugar del tango en la actualidad, “sentirse Gardel” y el concierto especial que prepara para el 16 de octubre, entre otros asuntos.
28 septiembre, 2025
Foto: gentileza Yael Smulewicz

“Soy consciente del paso del tiempo”, confiesa Hernán “Cucuza” Castiello en la charla que mantuvo recientemente con Doble A, la radio de tango de fracturaexpuesta.com.ar.

Nacido hace 56 años en Villa Ortúzar y una referencia intergeneracional entre las voces del tango contemporáneo, el cantor prepara un concierto especial para el 16 de octubre en La Trastienda que tendrá como eje su medio siglo de “amistad” y “compinchería” con el tango. Medio siglo, nada despreciable.

El tiempo transcurre y Cucuza no esquiva ese asunto, sabe abordarlo con cierta distancia prudencial. “No voy a volver a festejar 50 años de cantor. Eso me empuja a pensar en el tiempo que se acaba”, reflexiona Castiello sin dramatizar.

“No es un tema que me atormente –el paso del tiempo- pero ahora que tengo 56 lo voy sintiendo como una sombra que se va acercando. Creo que no va a ser una sombra feliz, creo que me va a ganar más la melancolía y la tristeza de la pérdida de la juventud”, proyecta el cantor sobre un futuro posible en diálogo con Doble A.

Una de cal y una arena. A pesar de los naturales “achaques”, Cucuza equilibra la balanza y dice: “No voy a ser un viejo feliz de ser viejo pero si voy a ser un viejo agradecidísimo. Pensando si tiene que pasar algo extremo de vida o muerte, siento que ‘estoy hecho’ hace muchísimos años. Todas las cosas que me han pasado con la música, con la familia, con el fútbol y con los amigos, estoy recontra hecho. Por ese lado estoy muy feliz”, aclara.

Un niño aprende a hablar en tango

La temprana conexión de Cucuza con el tango ha sido su modo de identidad. Un niño que adquiría forma a través del canto y el lenguaje del tango mientras, en simultáneo, aprendía lo que era el lenguaje en sí. “No tengo separado el tango en mi memoria. No recuerdo haber empezado a hablar antes o después de cantar tango. Definitivamente ya somos como uno. Mi apodo es mi nombre y mi nombre se lo debo a un tango (Cucusita)”, revela.

Cucuza, de niño.

“Fui afortunado. Desde mis 5 años sentí que quería jugar a la pelota y que quería cantar. Es una suerte tener a muy corta edad eso, poder concretarlo. Eso me predispone bien en la vida, pase lo que pase en adelante”, expresa el cantor en la entrevista con Doble A.

Deseo y raíz, una amalgama

Cucuza pudo “zafar de la imitación”. Logró darse un estilo haciendo conversar al legado con su deseo como artista. De allí que reconfirme a la intuición y el sentir como motor de su despliegue artístico. Es ahí donde completa su deseo, donde pone su parte y le busca la vuelta al tango.

Así es Cucuza, un cantor de conciliaciones, de encuentro, de cercanía, un eslabón que supo construir con, para y por el tango, humildemente pero sin pedir permiso. “Tener tradición y raíz no implica no tener riesgo. No implica no ser sincero con la época”, afirma.

“Y con uno”, valdría agregar a esa sentencia.

Escuchar la entrevista completa con Cucuza Castiello:

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