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Agustín Guerrero: “Observo la realidad intentando que alimente ideas musicales”

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Agustín Guerrero: “Observo la realidad intentando que alimente ideas musicales”

El compositor y pianista Agustín Guerrero lanzó Estupidez, una obra integral (CD y libro) en la que expone tensiones del mundo contemporáneo. Hay tango como eje ordenador pero se suman recursos del jazz, del rock y de la música académica en una producción de corte vanguardista.

El pianista Agustín Guerrero acaba de lanzar Estupidez, una producción con alto grado de experimentación y vanguardia. Un trabajo conceptual que combina música, poesía (Pablo Marchetti) e imágenes (Gonzalo Duro).

Lo de Guerrero podría asemejarse a lo que Godard ha hecho con su cine en los últimos 20 años y la consecuente expansión de las fronteras de su estilo. Una experiencia en donde el sentido trasciende los límites del cánon y se sumerge en una inventiva original y rupturista. De hecho, si es por citar coincidencias con el director francés, los videos que acompañan a la nueva música de Agustín conectan bien con la estética -y ética- godardiana de películas-ensayos como Film Socialisme, Adieu au language o Le Livre d’image.

Las conexiones no son sólo visuales. En la música, los puentes también están establecidos. Piazzolla, Bartok, Stravinski o Frank Zappa resuenan en un disco de entramados rítmicos y melódicos que interpelan al oyente a atender siempre más, a no dormirse en la “estupidez”, a estar despiertos en todo lo que sucede en el plano sonoro. El bandoneón aparece como una voz que permea a una música cortante, afilada, de a ratos atonal, de contrapuntos, rizomática.

«Esta obra es lo más importante que hice hasta ahora”.

Es que con esta producción, Guerrero construye un ensayo musical, literario y visual con los materiales del tango y otras yerbas y reelabora sus esquemas como compositor. De hecho, en palabras del pianista, esa reelaboración implicó un extenso y arduo desempeño de varios años que lo condujo a definir a su obra como “lo más importante que hice hasta ahora”.

Joven pianista, Agustín despliega sin embargo una larga trayectoria. Fue parte de la Orquesta Típica Cerda Negra cuando lo que hoy se levanta como el “Tango del Siglo XXI” era sólo un rumor. Tiempo después apostó a su propia orquesta y allí empezó a desentramar un estilo que, ahora con Estupidez y su quinteto, asume una sustancia de mayor riesgo y crítica, seguramente sostenido por su afianzamiento como compositor.

“Nuestra capacidad de captar, asimilar y ordenar la información es cada vez menor».

En concreto, lo de Guerrero es un despliegue crítico. En cualquiera de las vertientes de Estupidez, se trata de exponer y desanudar algunos de los comportamientos y secuencias que operan en el vínculo entre lo humano y el capitalismo. De allí la procedencia de los títulos. “Estrés”, “Psicofármacos”, “Zapping”, “Hambruna, “Libre Mercado” o “Morbo”. En lo musical, la apuesta es recolectar y procesar recursos y tradiciones contemporáneas para construir un edificio particular, sólido, potente, disruptivo en el tango y argumentado en su recorrido. Pasar data directa sin fakes ni mensajeros opacos es la tarea.

“Nuestra capacidad de captar, asimilar, retener, ordenar y relacionar la información es cada vez menor. A medida que aumenta exponencialmente el volumen de información, aumenta también el fraccionamiento del conocimiento”, alerta Guerrero a propósito del diseño de la vida que orientan el capital y su cultura.

Y subraya: “El saber amplio y superador que necesitamos obtener para una sana y apropiada existencia se torna con el paso del tiempo más difuso e inabarcable”. Sobre ese encuadre filosófico se monta Estupidez, tratando de reacomodar un sentido atrofiado y apostando a devolver una forma del arte que pueda expandir el desarrollo de lo humano.

La tapa de Estupidez (Ediciones La Cebra).

Dice Gastón Varela en uno de los textos del libro: “La música en Estupidez, así como la poesía y los registros visuales que contiene, corroen igual que los antiguos filósofos cínicos, de un modo desvergonzado, irónico y subversivo, criticando valores y configuraciones falsas del sistema falso y de la moral falsa de esta inmensa fake news solar de estupidez que es el capitalismo”.

“Forcé una hipótesis, la idea de que nuestra propia estupidez nos va consumir como humanos”, dice el pianista sobre los motivos de su obra.

Siempre inquieto, tal vez el murmullo que resuena en Agustín y la tensión que propone en su música sean el fantasma que recorre a gran parte de la humanidad. Todos somos estúpidos. Hasta el propio Guerrero lo reconoce para no confundir su mirada con altanería. Entonces, ¿qué hacemos con ese asunto? Guerrero responde: “Tengo una tendencia a observar la realidad y la mejor manera que encuentro de expresarme en contra de eso que no me gusta es a través de la música, intentando que ese análisis alimente ideas musicales”.

Agustín Guerrero Quinteto / Bandoneón: Julio Coviello / Guitarra eléctrica: Martín Rodríguez / Contrabajo y bajo eléctrico: Diego Rodríguez / Batería: Lucas Diego / Piano, teclados, sintetizadores, composición musical y textos descriptivos: Agustín Guerrero / Poesía y recitado: Pablo Marchetti / Visuales: Gonzalo Duro.

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