Tango BA Festival y Mundial 2019: una escena musical sin riesgo

Los equilibrios no son sencillos. En casos como los de la definición de una programación artística, necesitan de una exhaustiva mirada integral que evite caer en puntos ciegos, zonas de invisibilización de la producción cultural viviente de una disciplina. No es tarea fácil.

Recientemente se conoció la programación de la nueva edición de Tango BA Festival y Mundial, una grilla numerosa que manifiesta también su zona de desequilibrio. Esta vez, la iniciativa consagró una programación distanciada de ofertas vinculadas al riesgo y la renovación artística. Se entiende por riesgo artístico a aquellas propuestas que exponen múltiples vertientes sobre el legado de una expresión clásica y que conllevan grados de desafío hacia el canon tanguero.

Aunque el festival sostiene interesantes aportes como la mirada de género, la apertura de “polos” de tango, las orquestas de formación, los conciertos en espacios públicos como estaciones de trenes y subtes o los “micrófonos abiertos”, no se evidencia en su grilla un contrapeso que pueda balancear la brecha que hay entre las propuestas de corte tradicional y aquellas que construyen una escena tanguera renovada. Quedan relegadas las expresiones del tango contemporáneo que representan miradas transformadoras y que promueven, entre otros elementos, nuevos repertorios, sonoridades y recambio generacional.

Tal es así que, de los 85 conciertos relevados del festival y mundial, 59 podrían incluirse como propuestas de corte tradicional mientras que solo 18 se inscriben en corrientes de renovación. El resto, 8, formarían parte de una categoría intermedia entre ambos segmentos.

Se sabe que la producción actual de tango es amplia y diversa. Cientos de grupos y proyectos circulan todas las semanas por espacios de la ciudad con abordajes que afianzan la supervivencia de una expresión siempre amenazada por sus muertes anunciadas. El panorama es múltiple y los tangos nuevos sonorizan los barrios y las calles, empujando las fronteras del estilo y otorgando vitalidad a la expresión.

El desequilibrio presente en la orientación musical de la edición 2019 de Tango BA Festival y Mundial no parece dar cuenta de la intensidad de esa nueva producción tanguera. La proporción menor que ocupan las propuestas de renovación manifiesta el direccionamiento de la línea artística elaborada para el capítulo actual del festival. Una línea que enfatiza las producciones de corte tradicional y relega la presencia de opciones renovadoras.

El festival es uno de los mayores encuentros de música ciudadana y una de las iniciativas de política pública-cultural de mayor trascendencia en materia de tango. Esa dimensión y esa característica demanda una disposición a avanzar en los equilibrios necesarios tendientes a mostrar las múltiples vertientes expresivas del tango. Tradición y renovación no son líneas opuestas. Son, más bien, expresiones de una misma producción cultural que requieren ser tenidas en cuenta de manera equilibrada al momento de planificar contenidos culturales. De no ser así, el caso particular del festival podría alentar zonas de invisibilización de una franja destacada de la producción actual del tango.