Tita Merello: 10 frases de una muchacha con piel de leona y alma de cachorra
Sus lecciones son un libro abierto y eterno. Laura Ana Merello, la porteña que nació en la calle Defensa 715, la que aprendió a leer y a escribir a los 20, la mujer llena de miedos y valentía.
“Yo soy impulsiva pero soy auténtica. Jamás en la vida sería
capaz de sonreír para conseguir algo (…) Me sorprende que la gente no sea auténtica,
no siempre somos como hablamos”.
2. La calidad no siempre…
“Estamos mal acostumbrando al televidente a que si no das
cosas, no sintonizan. Hay programas de gran calidad pero no se da nada (…) hay
una enfermedad con esto del rating, y la calidad no siempre tiene rating”.
3. Tita, la leona y la cachorra
“Yo me revestí. Me hice un vestido para pelearla a la vida de prepotente. Pero te darás cuenta que soy un perrito. Yo debo haber sido en otra generación un perro porque me dan ternura y muevo la cola. He vivido toda la vida añorando ternura que es el mejor de los sentimientos porque comprende amor y pasión. A mí me tratan bien y consiguen de mi cualquier cosa. La vanidad, la estupidez, la prepotencia, no sirven para nada”.
Tita junto a su perro «Corbata».
4. Aprendizaje
“A sentir no te enseña nadie más que la vida”.
5. La soledad
“La soledad es mala consejera. Hay que estar muy bien parado
espiritualmente. Además, hay que aferrarse a los que se fueron. Pero en
realidad, no se van mientras uno los recuerde. Porque mi vieja no se va. Le
dije: ‘vieja, estoy muerta de miedo’. Se tiene miedo cuando sos jovencito
porque no sabes cuál va a ser tu camino. Y se tiene miedo a los 83 pirulos
porque no sabés si te va a fallar el marote, si todavía tenés lucidez”.
6. Aclaremos…
“Yo soy una mujer
pobre, no una pobre mujer. Hay una gran diferencia”.
7. Aprendizaje II
“Canto con el mismo tono de hace 40 años. ¿Yo imposte la voz? No. ¿Yo aprendí canto? No. ¿Yo fui a estudiar arte dramático? No. El arte dramático está en la calle Corrientes, angosta, cuando caminás toda una noche sin tenés donde ir a dormir. Ahí se aprende el drama. Ahí se aprenden las pausas, el tono. En la oración, en la desesperanza, se aprende”.
8. Don de dar
“Tiene más alegría el que da que el que recibe”.
«Tengo fama de una mujer brava pero soy una mujer llena de miedos».
9. El hombre y la ciudad
“Me da profundiza tristeza que nuestra Buenos Aires está
mugrienta, rota y triste. Porque la ciudad está triste como está triste el hombre.
Y un hombre triste no rinde. Un pueblo enfermo no rinde. Y estamos tristes de
esperanzas. Pero ¿esperanzas en qué?”.
10. En el fondo
“Uno esconde la ternura, la gratitud, la verdadera personalidad
para que no te siga comiendo el tiempo. Yo tengo fama de una mujer brava,
valiente, leona pero soy una mujer llena de miedos, llena de soledad pero con
Dios”.