Pampa Trash, o el arco dialéctico en sintonía tango

La vida pendula en un arco dialéctico. El arte es en la vida bajo ese arco y, tal vez, sea un modo de síntesis siempre dinámico, armado con diferentes herramientas y texturas. El terciopelo y el hierro.

Pampa Trash da cuenta con su música de esa dinámica entre el tango y el rock. Estilos que, junto a sus postulados concretos, han encontrado formas de redefinirse constantemente entre pequeñas y grandes brechas. ¿Cuestión de estilos? Sí. Pero también más que eso. Una manera de prolongar sus vidas. Insistencias en la construcción.

Uno de los logros de Pampa Trash es que inquieta. Y esa inquietud logra transmutarse en conmoción, quizás el secreto poderoso del arte, si es que se intenta adecuarlo a un principio utilitario.

Burzako es un centro y una periferia. La base central de operaciones del grupo en el sur bonaerense y la periferia del tango con sus sintetizadores, sus corrientes eléctricas y su corazón de bandoneón rompiente.

Siempre hay un origen, las figuras atávicas que remontan a un pasado y nos conectan a un derrotero. Pampa Trash las deja entrever en su música (¿La máquina de hacer pájaros? ¿Piazzolla?) pero esa indagación correspondería más a la historiografía o a las intenciones de la crítica musical y su fervor comparativo de datos. La brújula de Buzako parece otra. Fundar su propio origen musical, con las ataduras inevitables pero con la libertad mayor y necesaria para construir una nueva historia.

Pampa Trash presenta su disco Burzako este viernes 12, a las 20, en la Sala Argentina del Centro Cultural Kirchner (Sarmiento 151).

El disco recientemente publicado se puede escuchar acá