Un Festival y Mundial de Tango 2020 con recortes, cuestionamientos y en versión virtual

Al menos tres elementos parecen estructurar la edición 2020 del Festival y Mundial de Tango en la Ciudad de Buenos Aires.

Sus actividades serán virtuales y en un periodo acotado (del 26 al 30 de agosto), el concepto de “homenaje” guía una parte importante de la grilla y su puesta en marcha tuvo, como escenario previo, varios comunicados de colectivos de artistas que reclamaron revisiones en lo que es el mayor evento de política cultural asociado al tango en el territorio porteño.

Un festival online y conmemorativo

Por obvias razones, las propuestas de ambos eventos se realizarán bajo la modalidad virtual. Esta vez, la grilla (consultar la programación completa) se desplegará además a lo largo de cinco días, cuando habitualmente cada edición se extiende durante dos semanas.

Se trata, en rigor, de “contenidos” -como prefieren llamarlos desde el Gobierno de la Ciudad- que se podrán ver a través de las redes de Festivales BA y desde el sitio web buenosaires.gob.ar/tangoba.

Conciertos-homenaje, clases de baile, milongas y convocatorias virtuales conforman la programación del festival que se lleva adelante bajo la dirección artística del productor, coleccionista e investigador Gabriel Soria.

Con preeminencia de la mirada conmemorativa, orientada a homenajear a los grandes maestros del género, el festival continuará en su senda de revalorizar a las figuras históricas. En ese terreno es donde la iniciativa parece navegar en aguas seguras. Como sucedió con la edición 2019, las propuestas vinculadas a corrientes musicales renovadores vuelven a quedar relegadas dentro de la programación.

De acuerdo a la grilla que difundieron los organizadores de TangoBA, los homenajes condensarán a una gran porción de la música. ¿Qué hay entonces del tango que circula hoy? Habrá que esperar a la próxima edición para conocer -si es que así sucede- a la inmensa variedad que despliega el tango contemporáneo y que enriquece la vida de esta expresión cultural.

Junto a un espacio acotado entonces, se suma el recorte cualitativo que traza el festival a la hora de mostrar las potencialidades del tango de estos tiempos.  Aunque se insista en “los nuevos aportes de los artistas”, la programación no parece reflejar un arco amplio de selección en esa sintonía.

Los fuertes reclamos de los artistas

A la reducción de días y el achicamiento del espectro en materia de propuestas artísticas heterogéneas, la actual edición del Festival y Mundial trae acoplados los reclamos de distintos colectivos artísticos y personalidades que manifestaron su disconformidad con el manejo del evento.

“Queremos expresar nuestra preocupación ante la decisión de Festivales de la Ciudad -dependiente del Ministerio de Cultura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires- de no realizar la edición del Festival de Tango 2020 con la dimensión y proyección que merece y la mirada que requiere este momento particular”, indicaron numerosos músicos a través de un comunicado titulado “Sonido del Tango Unido”.

Luego de dar cuenta de la crisis de dimensiones históricas que vive el sector del tango por la pandemia y de conocerse, a través del testimonios de artistas, que la organización del festival ofreció participaciones “ad honorem”, el comunicado Sonido del Tango Unido expresó que “la decisión de no volcar el presupuesto del festival a la comunidad artística y no generar ninguna instancia de diálogo para recibir ideas y propuestas es, a esta altura, inadmisible”.

Quienes también expresaron su disconformidad fueron los bailarines y el sector de las milongas. El Consejo Tango Danza emitió una carta pública en donde aclararon que “las definiciones grandilocuentes” no se corresponden con el tratamiento hacia los protagonistas del tango danza.

En ese sentido, el texto habla de una edición “virtual e improvisada” y de la falta de “remuneración económica a todos los convocados”. Y agrega: “Pedir que trabajemos sin remuneración económica, con la gravedad del contexto actual además, está más cerca de la ofensa que del homenaje”.

Tanto el comunicado Sonido del Tango Unido como el del Consejo Tango Danza, coinciden en replantear los lineamientos de los futuros festivales. Restablecer su realización en el verano porteño y avanzar en acciones de política cultural que fortalezcan verdaderamente a todos los actores del universo tanguero, son algunas de las cuestiones urgentes que se evidencian.

Asimismo, la Asociación de Organizadores de Milongas (AOM) y la Asociación de Milongas con Sentido Social (MiSeSo) expresaron su posición a través de un comunicado que arranca aludiendo a un “festival de irresponsabilidades públicas”.

Allí, los organizadores milongueros hablaron de un “festival vía streaming con una participación reducida y sin ningún tipo de remuneración” y denunciaron “la falta de políticas destinadas a la atención de la situación socioeconómica de las personas laboralmente vinculadas a la industria y a la actividad del tango en la ciudad, como al sostenimiento de los salones, clubes de barrio y espacios culturales donde funcionan las milongas”.

Por su parte, días atrás, el reconocido bailarín Carlos Copello, difundió un carta personal -dirigida al director Gabriel Soria y a las autoridades del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires- en donde se pliega al reclamo colectivo.

En su texto, Copello dice: “Si antes de la pandemia el Festival era famoso por el destrato a los artistas que convocaba, pagándole varios meses después y olvidándolos el resto del año, ahora la desconsideración en tiempos de Covid se manifiesta a través de torpezas y verdugueo: anuncio del Festival virtual a pocos días de que tenga lugar, convocatorias ad honorem en la mayoría de los casos y ninguneo de las milongas y espacios artísticos”.

Copello, finalmente, llama a dejar “de precarizar el trabajo de los artistas” y reclama “una política de emergencia coherente y justa que permita atravesar esta crisis de manera digna, con subsidios” y concluye que la historia será “implacable con los verdugos del tango”.