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Milongas Extremas: “No nos interesa ser fotocopias de nosotros mismos”
El reconocido grupo montevideano volverá a tocar en Buenos Aires. Repondrán con nuevo espíritu «Lo eléctrico del sentimiento», un espectáculo bisagra que los impulsó en el ascenso como banda.
Este jueves, el grupo uruguayo Milongas Extremas regresa a Buenos Aires para presentarse en concierto. Se trata de una ocasión especial porque traerán a la Argentina el show que fue “un punto de quiebre” en la historia de la banda. Será además el primer teatro que harán en este nuevo desembarco porteño.
Definir a Milongas Extremas requiere concebir un recorrido de la amalgama entre los ritmos rioplatenses y el rock. Concebida inicialmente como una agrupación que remodelaba «criollísticamente» temas de los españoles Extremoduro, el curso de los hechos abrió con el tiempo un abanico de posibilidades particulares. El rock permanece, claro, aunque mucho mejor acoplado con un universo criollo, rioplatense, folclórico que incluye la construcción de una obra propia y el abordaje de grandes referentes de la canción popular. Encontrar el punto.
De no enfrentar el río (de la Plata) con el mar (Mediterráneo) surgen estas Milongas Extremas. Tal vez lo propio del paisaje uruguayo. Rock con espíritu criollo, folclore rioplatense con estirpe rockera. Todo con el sonido de unas cuerdas de guitarra bien templadas.
El concierto que darán este jueves 13, a las 21, en el ND Teatro (Paraguay 918) tendrá el sabor de un show icónico que la banda preparó hace una década atrás. «Lo eléctrico del sentimiento», así se llamó, fue un “mojón en la historia de la banda”.
“Implicó un salto importante en cuanto a la forma de concebir un espectáculo”, reconoce Matías Rodríguez, voz y guitarra de las Milongas, el quinteto que completan las otras guitarras y voces de Pablo Piñeyro, Santiago Martínez, Francisco Stareczek y el bajo de Camilo «Piquela» Gramoso.
– ¿Y en qué consistió ese salto?
– En tener un guion bien armado al momento de tocar y por el hecho de poder tejer una trama sólida y más profesional a lo largo del show, que pudiese hilvanar los temas propios, las versiones con peso más rockero de Extremoduro y las versiones de los referentes del folclore rioplatense como Zitarrosa. Todo eso cuidando aspectos que nos permitía el formato teatro, desde lo técnico y desde la puesta en escena. Somos conscientes que este show fue un punto de quiebre en estos 16 años como banda y el hecho de volver a hacerlo nos tiene muy contentos porque nos permite dimensionar el crecimiento que hemos tenido como grupo y la relación con el público de Uruguay, Argentina y España.
– Esa revisión, después de una década ¿no supone una repetición de un tiempo pasado?
– El hecho de querer revisar el espectáculo nos trajo el desafío de rastrear el núcleo emocional del show en sí para llevarlo al 2024, sin tener la necesidad de repetirlo tal cual. No nos interesa ser fotocopias de nosotros mismos y creemos que lo que está detrás de Lo eléctrico del sentimiento tiene que ver con esa pulsión por llevar adelante las necesidades musicales que nos mueven como artistas, de seguir expandiendo ese universo que tiene que ver con una forma muy propia de hacer rock en un formato sumamente rioplatense, con la sonoridad de la guitarra criolla muy presente y los sonidos de nuestro folclore como bandera.
– En la banda todos tocan, cantan y componen. ¿Cómo es el proceso creativo?
– Tener esa disposición escénica de estar los cinco en línea hacia el frente y rotarnos como cantantes principales tiene sus raíces en la forma horizontal y colaborativa que llevamos a la interna del grupo para crear, componer o gestionar el día a día. Es un músculo que hemos ido trabajando con una pata muy fuerte en el trabajo cooperativo y autogestivo. Con ese panorama en mente te puedo decir que los procesos compositivos se mueven dentro de cierto abanico. Puede ser estar todos juntos trabajando en el nacimiento de la canción, como un taller o laboratorio, o que alguno venga con algo medio digerido de su casa para ponerlo arriba de la mesa y que el resto pueda meter mano en la letra o en la música.
– Un encuentro…
– Es un proceso artesanal, a veces más lento que otras y que requiere paciencia y constancia para poder llegar a un lugar en donde la canción tenga la impronta que refleje la suma de las partes que componen Milongas Extremas. Es siempre algo que esperamos se trasluzca arriba del escenario y que pueda ser vivido por la gente a través de la música y de la hermandad que hemos construido en todos estos años de trillar la carretera juntos.