“Nelly Omar es una de las mejores de todos los tiempos”, dice la cantante y actriz Jana Purita que durante los sábados de este mes llevará adelante, junto al trío comandado por el guitarrista Hugo Romero, un homenaje a la mítica cantora.

Nobleza de arrabal es el título del espectáculo, dirigido por Eduardo Bertoglio, en el que Purita recorrerá el repertorio de Omar, evocará historias y anécdotas de su vida y en donde también podrán verse fragmentos de Nelly Omar, cantora nacional, el documental inédito que realizó Teresa Saporiti, sobrina nieta de la legendaria artista.

“Es su voz bella y perfecta, su fraseo sobrio y sutil pero absolutamente ‘en estilo’, tanto en el repertorio campero como en el tango, su capacidad de comunicar, su comprensión de las letras que transmitía sin alharacas”, destaca Purita sobre la medida artística de la centenaria Nelly, vivió hasta los 102. “A la vez, su lealtad a sus ideas que le costó 17 años de proscripción, los mismos que sufrió Perón. Su dignidad inclaudicable. Su autodeterminación como mujer y como artista, ella elegía su repertorio y eligió un repertorio que no era para nada comercial”, agrega Jana en conversación con Fractura Expuesta.

Nobleza de arrabal se desarrollará en Nivangio (Colombres 946) y tendrá además la presencia de las cantantes invitadas Dolores Solá (5/11), Patricia Andrade (12/11), Neli Saporiti (19/11) y Julia Calvo (26/11) que interpretó a Omar en el musical Manzi, la vida en Orsai.

“El canto es un camino de conocimiento”, cuenta Purita que indaga en el sendero del estilo criollo, un trayecto que Nelly Omar recorrió con paso firme.

¿Qué aspectos te atraen de ese paisaje musical?

Lo criollo siempre me conmovió porque me gusta el canto en voz baja, con el acompañamiento de la guitarra que tiene un sonido tan a escala humana, sin estridencias. La música criolla es claramente el soporte de una poesía existencial que, mirando el paisaje, mira hacia adentro sin atenuantes. Es una música discreta en el sentido que repite fórmulas bellas con delicadas variaciones para no sobresalir y deja que se entienda la palabra. La poesía es de un altísimo nivel literario, hay un trabajo sobre el lenguaje justamente porque se da en el marco del silencio y la inmensidad de la pampa. Creo que la música criolla y los tangos criollos conviven muy bien porque son como vecinos que tienen de por medio un alambrado, una ruta o el ferrocarril. El paisaje de estos recitales es el arrabal, lugar donde se juntan campo y cuidad.

Jana-Purita-y-trio

Jana y Hugo Romero Trío.

Nelly Omar fue una de las figuras femeninas de mayor peso en el tango y hasta llegó a ser nombrada, en una peculiar comparación, como «La Gardel con polleras». ¿Qué lugar ocupa hoy la mujer en este género? ¿Persiste esa idea de mujer-cantor con polleras?

A Nelly no le gustaba nada esa comparación porque decía que ella admiraba y se inspiraba en Gardel pero que no quería ser comparada. La mujer en el tango está desde los comienzos. En los años ‘20 y ‘30 había muchas cantantes, todas maravillosas y distintas, muy personales como Azucena Maizani, Rosita Quiroga, Ada Falcón, Tita Merello, Libertad Lamarque, Mercedes Simone, y, obviamente, Nelly que se consagra un poco después. Todas ocuparon un lugar importantísimo, fueron muy queridas por el público que las seguía por radio y también en las películas. No tuvieron ningún gesto machista, ni siquiera Azucena, que a veces se vestía de gaucho o de compadrito. Lo que cantaba y cómo lo cantaba Azucena era absolutamente femenino. Después del ´55, de la «fusiladora», comenzó un período de recolonización cultural de mano de los gobiernos dictatoriales y el tango sufrió una etapa muy opresiva. Aun así surgieron voces y compositores que aguantaron y renovaron. Hay hermosas cantantes que surgen en los ‘60 y ‘70, como Rosana Falasca, Elba Berón, Susy Leiva, María Graña, la gran “Tana” Rinaldi que es un faro por su conducta coherente y comprometida. Hoy en día, y esta etapa comenzó en los ‘90, las mujeres volvemos a ocupar un lugar importante porque somos muchas y buenas y con ideas. El tango también canta opinando, como decía Martín Fierro. Nada de cantor con polleras, más bien mujeres que tenemos algo que decir.