“Hay aportes, hay nuevas propuestas, como las tuvieron ellos”, dice Marconi cuando tiene que trazar una línea comunicativa entre los músicos de la década dorada y los artistas actuales de tango. Con medio siglo de trayectoria montado sobre el fueye, el bandoneonista y compositor es uno de los referentes de la evolución tanguera: “Lo que tenemos en común es que se fue progresando, aprendiendo y se fue enriqueciendo. Y todavía va a seguir”, contó Marconi en Fractura Expuesta Radio Tango.

“Yo quería ser pianista y me atrapó rápidamente este instrumento. Lo que aprendía en el piano lo pasaba al bandoneón. Desde los 10 años, ya nunca más me pude desprender de él”, dijo el músico que tuvo su primer instrumento gracias a un regalo de su padre.

Consultado por la presencia de un público para el tango en los tiempos que corren, Marconi aclaró: “Hace unos cuantos años, hay gente muy interesada en escuchar tango, argentinos y extranjeros, escuchar este tipo de música que queremos ofrecer nosotros, lo que es honesto y legal”.

Sin embargo, a pesar de esa participación, el bandoneonista remarcó la falta de espacios destinados a esa música. “Sí, hay pocos espacios y tenemos que armarlos nosotros y hacerlo todo a pulmón. Pero el público responde. Y responde el público joven que es muy interesante”, dijo el músico en el programa.

Marconi contó además detalles de su admiración a Troilo y el primer encuentro que tuvo con «Pichuco» en el Club Central Córdoba de Rosario. Además, reveló cómo fue el camino que lo condujo a tener hoy un bandoneón que perteneció a Pedro Laurenz y con el que salió al ruedo para festejar su medio siglo con el tango.

“Ojalá tuviera otros 50 años más de profesión porque siempre tengo ganas de hacer cosas y estoy muy entusiasmado de todo lo que hago con este género”, concluyó el bandoneonista en Fractura Expuesta Radio Tango.