Amelita Baltar está realizando nuevos conciertos en Buenos Aires. Recién llegada de una nueva gira europea, aprovechó para dialogar a fondo en Fractura Expuesta Radio Tango, y compartió sus diversas miradas sobre la interpretación, el universo Piazzolla, los tangueros ortodoxos y sus deseos actorales.

“La aparición de Piazzolla en el universo tanguero fue una cosa que al principio no convulsionó porque aún no fue masivo de entrada. Tal vez después de ‘María de Buenos Aires’ se empezó a mover el avispero, antes no se pasaba un solo tema de Astor por radio, no se lo conocía. Cuando me vino a saludar aquella primera vez, yo no lo conocía”, describió.

Baltar descree de esa contraposición histórica: “El tanguero tradicional, con una gran dosis de tipo obtuso, ponía frente a frente, al tango y a Piazzolla. Él hacía su música desde las raíces, y sus raíces eran el tango. Era un tipo con estudios mayores de música, se había formado con Ginastera, su base era la música argentina. Gershwin tuvo su base en el jazz, Piazzolla en el tango”.

Aquel remanido choque de planetas entre Piazzolla y el público ortodoxo aún continúa presente, según Baltar: “Ser tanguero ortodoxo no tiene que ver con la edad, hay muchos jóvenes que pintan bien y, con el tiempo, se quedan en un tanguero más. La incultura estuvo siempre. Ninguno de los grandes compositores o cantantes de aquella época iban al cine, ni leían los diarios. De pronto, abrieron la puerta de su casa y se dieron cuenta que Buenos Aires había cambiado. Ahí se terminó el tango tradicional. No habían hecho nada durante toda su vida, se levantaban a las 3 de la tarde, la patrona les preparaba la comida, se bañaban, iban al boliche, tocaban hasta las 4 de la mañana, volvían a dormir, lo mismo durante 30 años. Entonces, el hecho de no culturizar lo que estás haciendo, tiene esa consecuencia. Un día abrís la puerta, la ciudad cambió y ni te diste cuenta”.

La intérprete de la más famosa versión de “Balada para un loco”, describió su período de preparación tras su alejamiento profesional y sentimental de Astor: “Para interpretar clásicos, hace falta conocer a los autores, cómo era la ciudad  en aquellos años. Cuando yo me separé en 1975, Piazzolla me dijo que grabe tangos tradicionales. Me puse a estudiar la historia, varios meses estuve tratando de conocer aquella época. La parte actoral del intérprete no puede prescindir de la historia. Por eso digo que hoy en día, los artistas que mejor expresan, están cantando en los musicales”.

“Toda la vida he querido ser actriz, me considero actriz, todo lo que le meto a mis interpretaciones no está planificado, es parte de mi ser. Esa cosa que no se dio laboralmente en lo actoral, está presente en mi desde que tengo ocho años. Me muero por hacer cine, teatro, televisión, sé que soy una buena actriz. La expresión y la interpretación a la hora de cantar tiene que ver con que soy actriz hasta el tuétano”, confesó.

El próximo domingo, Amelita Baltar promete “volar la cabeza” de aquellos que asistan al Café Vinilo. Escuchá la nota completa, donde habló de todo y mucho más.