Actualización – Viernes 8 de Mayo – 22.42

En medio de una polémica donde las inspecciones a los talleres clandestinos brillan por su ausencia y donde todas las semanas se conocen noticias sobre persecución y cierre de diversos espacios de música, la Agencia Gubernamental de Control del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires volvió a clausurar el escenario del Café Vinilo.

La suerte del Vinilo cambió hace unos meses. La casa de música, que lleva seis años sobre la calle Gorriti de Palermo, recibe casi a diario inspecciones de todo tipo, y particularmente en el último tiempo, una supuesta intencionalidad por enmarcar las clausuras bajo la denuncia de «ruidos molestos».

Desde las redes sociales, representantes del Café Vinilo difundieron la novedad de esta nueva sanción y dieron algunos detalles: “Nos vemos obligados a suspender nuestra actividad cultural otra vez, ya que el Café Vinilo ha sido clausurado por tiempo indeterminado tras una incansable lluvia de inspecciones”. Las inspecciones variaron su argumento en el último tiempo. En un principio, eran de índole laboral y de habilitación. Aseguran desde el Vinilo que “como todo está en regla, los ruidos molestos son la única posibilidad donde pueden encontrar un argumento”.

En ese sentido, también en la cuenta oficial de la casa de música, informaron que producto de la reiterada denuncia de ruidos molestos, hicieron una pared nueva dentro del salón para amortiguar el sonido. “Desde que la hicimos, estuvieron midiendo el ruido todos los días desde la casa de la vecina y nunca nos habíamos pasado del límite legal, hasta ayer, que nos pasamos por 2 decibeles. La emisión total fue de 38 DB”.

Para tener una referencia sonora, 30 DB representa la medición de un susurro silencioso a 90 centímetros, 40 DB es el sonido ambiente de una zona residencial silenciosa o un parque en silencio, una conversación normal se ubica entre los 50 y 60 DB. Si bien todos los ciudadanos tienen derecho a reclamar por ruidos molestos, algunos otros vecinos del barrio sugieren que la denuncia prospera porque quien la realiza sería funcionaria del Gobierno de la Ciudad.

Sobre el transcurso de la tarde, la Agencia de Control del gobierno macrista volvió atrás la clausura y permitió que el Café Vinilo pueda cumplir con la programación pautada para el fin de semana. En Buenos Aires, las clausuras a los espacios de cultura están a la orden del día, a pesar de la sanción de la Ley de Centros Culturales que todavía duerme a la espera de la aplicación del ejecutivo. En la semana en la que se viralizó la sugerencia para que todos los clubes de música perseguidos por el PRO pongan en su puerta un cartel que indique que allí funciona un taller textil clandestino, y así evitar cualquier tipo de control, el escenario del Café Vinilo felizmente volvió a operar, en medio de sospechas sobre la sugestiva nueva clausura.