El vínculo de Luis Alberto Spinetta con el tango se remonta a dos instancias. Por un lado, el contacto temprano que mantuvo cuando su padre, Luis Santiago, desarrollaba una carrera de cantor de tangos. Por otro, su acercamiento a la obra de Piazzolla que fue inspiradora para avanzar en su horizonte artístico.

A veces cercano, a veces distante, el Flaco usó al tango como plataforma para su música, un tesoro imperecedero que perdurará como la obra del propio Astor. En el 2020 y en el 3000, también.

El tango

“Mi tíos lo negaban a Piazzolla. Yo discutía, tenía 14 años y les decía ‘¿pero no ven a los aviones que aterrizan, los edificios, el tráfico, los autos?’ Eso es Piazzolla, es el futuro, la ciudad que crece, no es el tipo ahí llorando porque la mina lo abandonó. Y sigo pensando lo mismo. Piazzolla es el futuro”.

“Ah, mi viejo… era cantante de tangos. Ahora, pobre, casi no ve ni oye. Lo recuerdo ensayando con sus guitarristas. Yo tendría unos cinco años, abrían esos estuches, brotaba el olor a la madera de la guitarra. Y me veo escuchando a mi viejo por una RCA Víctor, tipo catedral, de madera, que había que esperar que se calentara. Hasta que salía la voz de mi viejo cantando por radio El Mundo. Era Carlos Omar artísticamente. Cantaba: ‘Al pie de un rosal florido… me hiciste tu juramento…’ No era un cantante común».

“¿Cómo era escuchar Piazzolla en la época de Almendra?
Un evento. Siempre lo fue, pero en ese momento más que nunca tenía para nosotros mucha importancia, era un guía estético. Y creo que en Almendra eso está puesto de manifiesto. Hay un paralelismo así, lejano, con la música de Astor Piazzolla como también con Los Beatles. Es decir, nos incentivaban a buscar músicas un poco más allá. No se nos dio por comprarnos sitars y tocar música hindú pero sí mezclar la música de acá con la que nosotros hacíamos”.

“Yo creo que el tango y el rock nunca estuvieron enemistados, simplemente fue un toque (…) el tango y todo eso, se unen. Nunca hubo una tirantez al respecto. Por ahí, a mucha gente le gusta que haya esas divisiones. Creo que ya no las hay”.

«Hay algo de esa fusión del tango y el rock que forma parte de una lírica urbana, es una tangolencia rockera eterna”.

“Me estoy tratando de matar, en este momento, para explicarte si hay tango o no hay tango. Como si, de golpe, si no hubiese tango, hubiese algún problema. Me ne frega”.

“¿Dónde habrá, una ciudad, en la que alguien silbe un tango?”.

«Toda la vida tiene música…»

“No se olviden del concepto de una naturaleza que vive sonando y en la que vivimos sonando con ella”.

«La música se parece más a un animal que al hombre. Es como si la música fuera una medusa o una mariposa. Tiene una animalidad, una cosa indomable. Por más que le escribimos o le combinemos lo que sea, siempre abarca mucho más».

«Denuncio a los tildadores de lo extranjerizante, porque reprimen la información necesaria de músicas y actitudes creativas que se dan en otras partes del planeta, y porque consideran que los músicos argentinos no pueden identificarse con sentimientos hoy día universales».

«Me gustaría que mi música ayude a paliar el dolor de los que no pueden».